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¿Calibrar o Caracterizar?

Publicado en30/01/2018
A menudo hablamos de perfil de color o perfil ICC de forma poco rigurosa, especialmente en el caso de RIPs para impresión de gran formato. Lo que genéricamente conocemos como un perfil de color o calibración de color de un soporte de impresión incluye dos procesos independientes aunque interelacionados:

  1. La calibración del papel: en este proceso no se hacen ajustes de color puramente dichos, sino que se busca optimizar el uso de tinta y conseguir una respuesta lineal del sistema. A su vez, este proceso se subdivide en varios pasos:
    • Límite de tinta individual: buscamos la cantidad máxima de tinta a usar por cada canal de color individual. La idea es evitar efectos indeseados por excesos de tinta. Es decir, si la densidad de color es la misma con un 70% de magenta que con un 100%, está claro que ese 30% de más no aportará sino problemas de secado u otros efectos que degradaran la calidad de la impresión.
    • Linearización: la idea es obtener una respuesta lineal, de modo que cuando queramos imprimir un 50% de magenta, la densidad real impresa sea del 50% y no otro valor (habitualmente superior si el sistema no está linearizado).
    • Límite de tinta global: ahora se trata de ‘afinar’ la cantidad de tinta cuando hacemos mezclas de colores: magenta+amarillo para obtener rojo, cian+amarillo para obtener verde, etc. Según el RIP, se ofrecen diferentes métodos para definir estos límites.

  2. La caracterización del color: o creación de un perfil de color ICC que define la respuesta de color de nuestro conjunto impresora-tinta-resolución-papel.

Cuando trabajamos con el controlador (driver) de una impresora, no podemos modificar la parte de calibración. El fabricante ofrece unos ajustes de color que incluyen la calibración para sus soportes y si queremos usar papeles de terceras partes sólo podemos actuar sobre el perfil ICC. Para caracterizar un nuevo papel, hay que partir de una calibración existente en el controlador (la que mejor se ajuste valorando el secado, excesos de tinta y calidad impresa) y generar un ICC que corrija las desviaciones de color.

En cambio, todos los RIPs permiten calibrar y caracterizar nuevos soportes. Bueno no ‘todos’, ya que el módulo de gestión de color no va incluido con todas las versiones de RIP: suele ser opcional en muchos casos. Para acceder a servicios de calibración remota ese módulo es imprescindible. Y si quieres ser completamente autónomo también necesitarás un espectrofotómetro y un programa capaz de generar ICCs.
Etiqueta: calibrar
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